Lo primero que debes tener en cuenta al montar un estudio casero es el micrófono. Aunque hay muchos otros factores que entran en juego, especialmente la insonorización de la sala, debes tener en cuenta todas estas cosas porque influyen en la calidad del resultado final. Te hablaré principalmente de tres tipos: los micrófonos dinámicos (para sonidos más fuertes), los micrófonos de condensador, que son más adecuados para entornos más silenciosos, como las grabaciones vocales; o los micrófonos USB, que son extremadamente portátiles, ¡así que podrías transportarlos fácilmente a cualquier parte sin ningún problema!
Micrófonos dinámicos
Los micros dinámicos los has visto cientos (o miles) de veces, sobre todo en conciertos. Su rejilla suele tener un diseño esférico, mientras que su carcasa es gruesa y ergonómica, pues en muchas ocasiones se empuñan. Sus características técnicas así lo permiten: son direccionales, es decir, recogen el sonido procedente de una dirección concreta, y aguantan mucha presión sonora, por lo que se suelen usar muy pegados a la boca. De esa manera, ‘pescan’ muy bien la voz del vocalista, pero no la de otras voces, como las del público, u otros ruidos, como la batería.
Entonces, ¿merece la pena usarlos en un estudio de grabación casero? Pues la respuesta es… depende. Si tu sala no está insonorizada de forma profesional, puede ser interesante, pues captará en menor medida sus defectos, como los ecos. Pero debes tener en cuenta que requerirá de mayor ganancia en el previo y se apreciarán menos matices en tu voz, aunque sí aguantará grandes ‘descargas’ de sonido, por ejemplo si vas a hacer una locución enérgica, como una narración deportiva.
Micrófonos de condensador
Los micros de condensador son los que mejor capturan tu color de voz y sus matices. Los reconocerás porque su rejilla suele ser más ancha, pues alojan una membrana más grande en su interior, y suelen ir suspendidos en una araña, precisamente para no tener que ser empuñados ni tocados durante su uso. Son multidireccionales, es decir, capturan el sonido procedente desde diferentes ángulos, y con gran detalle. Son extremadamente sensibles al sonido y necesitan menor ganancia que los dinámicos, pero pueden llegar a saturar. Por ello, se usan habitualmente con filtros antipop, para amortiguar el golpe de aire que se expulsa al hablar, especialmente con las consonantes oclusivas, como la p o la b.
Teniendo en cuenta todo esto, ¿debe ser ésta la elección para tu home studio? Pues no necesariamente. Te deberías decantar por ellos si vas a grabar música o audios en los que sea importante capturar todos los matices de la voz, como en doblajes cinematográficos o en locuciones publicitarias. Y por supuesto, si tienes una sala de grabación profesional, perfectamente insonorizada. De lo contrario, su alto precio será, al mismo tiempo, un gran desperdicio de dinero o una herramienta que te ‘sacará los colores’, pues descubrirá al oyente todos los defectos de tu estudio amateur.
Como ocurre en todos los campos de la tecnología, existen dispositivos realmente baratos que integran numerosas funcionalidades y que se pueden usar fácilmente con sólo conectarse al ordenador. Eso es lo que ocurre con los micrófonos USB, que utilizan este sistema de conexión directa a tu PC, sin necesidad de usar preamplificador externo, como suelen necesitar los micros dinámicos, ni alimentación phantom, como requieren los micrófonos de condensador. Son, por así decirlo, ready to use, sin complicaciones.
Pero como podrás imaginar, son también mucho más básicos, con menor capacidad para captar tu color de voz y sus matices, llegando a sonar enlatada en los modelos más económicos. Por todo ello, esta opción es interesante si vas a hacer grabaciones sencillas, por ejemplo podcasts online sin demasiadas pretensiones.
Otros micrófonos
Aunque los tres micros que hemos mencionado más arriba son los más habituales, no son los únicos. Aquí recogemos otras dos opciones que, aunque no son modelos de locución, pueden ser interesantes en algunos casos.
Micrófono de solapa
Son micrófonos de pequeñas dimensiones que, como indica su nombre, se suelen emplazar en la solapa de una chaqueta, en una corbata o pinzados sobre la ropa, a la altura del pecho. Son los más usados para entrevistas, pues da autonomía al entrevistado, que se puede situar a unos metros de distancia del entrevistador. Pero también han surgido modelos USB que se pueden conectar directamente al ordenador. Por ello, pueden ser una opción válida para grabar vídeos, pues pueden pasar mucho más desapercibidos que cualquiera de los modelos arriba enumerados. Su calidad y sensibilidad van en relación al precio, aunque tampoco puedes esperar milagros.
Micrófono de cañón
Pero si vas a grabar vídeos y tu obsesión es que no se vea el micro por ningún lado, una opción válida son los micrófonos de cañón. A menudo se les conoce como superdireccionales, pues son sensibles a una única dirección pero a cierta distancia. Por ello, se suelen emplear para grabar testimonios de personas directamente con la videocámara, sin micrófono de mano o de solapa. Y si se acoplan a una pértiga, pueden usarse para grabar diálogos entre dos o más actores durante un rodaje, quedando en todo momento fuera de cuadro.
En resumen
Tras haber repasado los principales modelos de microfonía para tu sala de grabación, podemos concluir que debes decantarte por las siguientes opciones, si se dan sus respectivas circunstancias:
- Dinámicos: si quieres un sonido básico profesional, para locuciones enérgicas y en un estudio de grabación que carezca de una óptima insonorización
- De condensador: para conseguir la máxima calidad del sonido, con todos los detalles vocales o instrumentales, siempre y cuando la acústica de la sala esté a la altura. Ideal para doblajes o locución publicitaria
- USB: para locuciones sin demasiadas pretensiones, como podcasts online
- De solapa y de cañón: para grabaciones de vídeos en los que desees ‘esconder’ el micro